Somos irreverentes contra los idolos que nos tratan de imponer, sean politicos, historicos, religiosos, esteticos o filosoficos.
Pero no todo irreverente, tremendista o de verbo audaz, con ropas y actitudes de protesta, es anarquista. Nuestra actitud es la de rechazo a toda imposicion por la fuerza, sea fisica, del habito, de la educacion o del chantaje moral, y por ello asumimos actitudes irreverentes.
Pero la intencion es construir una sociedad mejor.Sin el aspecto constructivo, el desenfado y el tremendismo no pasan de ser
modas vacias, que no pocas veces ocultan la pretension de disfrutar de ese poder contra el que dicen luchar.
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